“Lengua en su salsa” (Perro Calato, 2018), es un poemario irregular, de temas
variados que podemos sintetizar en reflexiones sobre personajes de la música y
la literatura, historias de amor, pensamientos sobre la existencia, anécdotas cotidianas,
y el propio yo. Con un lenguaje constitutivo y descriptivo, prosaico y por
ratos redundante, construye episodios divertidos de su vida en tono
humorístico. Julio Puma, el autor, no escatima en introducir en sus poemas el
diálogo, el refrán, el aforismo y el epigrama. De esta manera estructura sus
versos primerizos que no llegan a ser más que una recolección miscelánica de
sus primeras andanzas con la escritura poética en su variante vanguardista, que
es una revisión de la dialéctica con poéticas ajenas, de meditaciones y circunstancias
cotidianas servidas en verso.
Hay que señalar el logrado espíritu de autoburla que
desarrolla en gran parte de sus poemas, un afán de jugar a no tomarse en serio
y afirmar sus incoherencias biográficas a través de la ironía. Sus poemas más redondos,
escritos con carácter los podemos encontrar en los poemas breves y
contundentes, que es donde el lenguaje no lo desborda, sino que se convierte en
fino cuchillo para cortar el diamante. En poemas como “Tarzan”, “Uhmmm”, “La heroica
en su punto”, “Ajjj” o “Chaski productions” el manejo del lenguaje y el tema son
certeros. Aunque pocos, los poemas de mediano o gran tamaño más precisos los
encontramos en “Hetaira”, poema sobre el burdel, propicio para comparar el
vicio con la profesión; o en “Vida” y “Sinceridad”, poemas de corte confesional
y filosófico que expelen sus soliloquios sobre la conciencia y la existencia
humana.
Julio Puma, de cepa exploradora también se da tiempo para realizar
formalismos y ejercicios literarios que pasan como poemas versátiles, en textos
como los gemelos “Genealogía” y “Delirium”, parodia la relación hombre-mujer
usando los días de Adán y Eva; en “Aprendiz” y “El feo de la película” se burla
de la baja autoestima; y en “Rayo” y “Racista” auténticos epigramas de lujo,
logra dar en el clavo. No olvidemos que además de poeta, Julio Puma parece ser
enamoradizo, y no le hace tregua al eterno tema del amor, que en sus manos se convierte en ocurrente juego que
encontramos en tres poemas que valen la pena, como “Azul”, “Amordiéndonos”, y “Chiquita”,
que le sirven para desarrollar su propuesta de cariño heterosexual. Desconcertantes
e intrigantes son sus pequeños “Arunta aymara” y “Quechua” que mixturan el
español con lenguas andinas.
Lo interesante de este libro “Lengua en su salsa”, es que
apunta el nacimiento de un proyecto de poeta más para Tacna. Primerizo y
todavía en ciernes, con su auroral obra, a mi parecer, hace parcial ensayo de
un relativo buen uso del verso y figuras literarias. Como anteriores
movimientos poéticos, la inclusión de neologismos, barbarismos, y bilingüismos llama
la atención pues son nomenclatura iniciática que pronostica futura hibridación en ojalá su siguiente obra. Creo, razonablemente, que Julio
Puma no es poeta de una sola obra, y que este su libro “Lengua en su salsa” es
solo su declaración de intenciones. Su relación con el lenguaje en términos
amplios que van más allá de un uso pragmático, son producto de cafés y noches,
y han dado como resultado un puñado de textos interesantes que aquí he enumerado
en curiosa reseña. Del resto, poco puedo decir.
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